Los expertos parecen no ponerse de acuerdo sobre la cantidad de proteínas que debe consumir una persona diariamente. En lo que sí coinciden es que su consumo es necesario para el organismo. Sin embargo, el exceso de esta, sobre todo si es de origen animal, puede causar algunos problemas.
Comer menos proteínas en algunos casos puede ser el mejor tratamiento para evitar algunas enfermedades. Por eso el día de hoy hablaremos de algunos beneficios que puedes conseguir si reduces el consumo de proteína.
Riñones, hígado y huesos más sanos
La función de la proteína es hacer que la masa muscular crezca y se repare. La recomendación usual de los médicos es comer 0,75 gramos de proteína diaria por cada kilo que pese la persona. Por lo general es un total de 55 gramos para los hombres y 45 gramos para las mujeres.
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Gracias a su función principal, el consumo de proteína está asociado a los ejercicios. Durante el ejercicio, los músculos se rompen y es en gran parte a la proteína que se consume, que estos pueden reconstruirse con más fuerza, lo que se traduce en una mayor musculatura. Es debido a esto que las marcas de suplemento proteico recomiendan comer proteínas, pero sobre todo sus productos, tras el entrenamiento.
Los lácteos, carne, huevos, pescado, granos, legumbres, nueces, entre otros alimentos, son ricos en proteínas. Consumirlos tras el ejercicio aporta gran beneficio al organismo. Sin embargo, consumir suplementos proteicos o cualquier sustituto a la proteína natural, puede ser un problema.
Estos suplementos pueden causar grandes daños al cuerpo con el tiempo. Debido a que estos contienen carbohidratos denominados FODMAP oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentable. Los cuales pueden causar daños importantes al hígado, riñones y huesos.
No consumas suplementes proteicos
Cualquier sustituto a la proteína natural puede causan gran daño al organismo. Los suplementos que suelen encontrarse en el mercado tienden a ser barras de caramelos con algo extra de proteína. Ya que por lo general contienen más carbohidratos y azúcares que proteínas. Los cuales pueden causar diversas enfermedades causadas por su alto consumo.
Adicional a esto, algunos estudios han demostrado que para que estos suplementos puedan tener un verdadero beneficio en relación al ejercicio, se debe entrenar regularmente. Ya que en el caso de no tener una rutina diaria, estas bebidas proteicas realmente no producen ningún cambio en relación con la fuerza y resistencia de los músculos.
Por el contrario, afectan directamente a diversos órganos. Por lo que si quieres entrenar y aumentar tu musculatura de una manera sana, la mejor forma es acompañar el ejercicio con proteínas naturales. Existen gran cantidad de alimentos que contienen mucha proteína ayudándote a fortalecer tus músculos sin necesidad de recurrir a suplemente que puedan afectar a tu salud.
Te ayuda a bajar de peso
Comer menos proteínas de origen animal te puede ayudar a bajar de peso. Aunque existen muchas dietas que recomiendan un alto consumo de proteínas para bajar de peso, también existen las dietas contrarias. Aquellas que comiendo pocas proteínas te ayudan a bajar esos kilos de más.
El truco con esto no está realmente en la cantidad de proteína que se consume sino en el tipo de proteína. Ya que al eliminar las carnes rojas y en general las proteínas de origen animal (a excepción de las carnes magras), se puede conseguir grandes resultados.
Una dieta a base de granos, semillas, frutos secos y carnes magras como el pollo, pavo y pescado puede ser muy buena. No solo te ayuda a deshacerse de la grasa mala y acumulada en el cuerpo sino también aporta al organismo la cantidad de proteína que necesita además de distintos nutrientes esenciales.
Evitas la intoxicación proteica
El gran debate que existe entre la comunidad médica es que tan buena o mala puede ser la proteína para el organismo. Muchos estudios han demostrado que la proteína en si no es mala para el cuerpo siempre y cuando se eviten dos cosas. La primera es comerla en exceso sin equilibrarla con otro tipo de alimentos. Segundo, comer solo proteínas de origen animal.
Un experimento realizado por el explorador del Ártico Vilhjalmur Stefansson demostró que el ser humano no puede vivir solo de comer alimentos proteicos. Stefansson intentó dos veces vivir comiendo solo proteínas. Dejando a un lado otro tipo de alimentos. La primera vez realizó el experimento durante 5 años y la segunda vez durante 2 años.
En ambas ocasiones contrajo lo que se llama “Intoxicación proteínica” también conocida como el “hambre del conejo”. Esta enfermedad se presenta con síntomas como diarrea, dolor de cabeza, fatiga, presión arterial baja, ritmo cardíaco bajo y molestia por una hambre en exceso. Ocurre cuando el individuo consume en exceso proteínas. Acumulando en el cuerpo un nivel mucho mayor al que necesita o puede tolerar.
Gracias a este experimento se demostró que el ser humano debe tener una dieta balanceada. De manera que los nutrientes esenciales para el cuerpo se encuentren en las proporciones correcta. Ya que no solo un déficit de estos puede causar malestares y enfermedades. El exceso también resulta igual o peor de malo.
Por lo que si eres de las personas que suele consumir grandes cantidades de proteína, en especial de origen animal como las carnes rojas, la sugerencia es evitarlo. Si no quieres terminar padeciendo de una “intoxicación proteínica” la mejor opción es comer menos proteínas y aumentar las demás porciones de tu dieta.
Podrás vivir más tiempo y más sano
Al comer menos proteínas de origen animal como las carnes, huevos, leche, etc. tu salud mejorará en gran medida. El tener una dieta alta en proteínas no llega a ser malo siempre y cuando se sepa balancear con alimentos que contengan otros nutrientes y la proteína que se consuma no sea solo carnes.
Las carnes magras como el pollo, el pescado y el pavo no son del todo dañinas, pero tampoco del todo saludables. De hecho, muchos médicos recomiendan su consumo, aunque de manera intermitentes con otras fuentes de proteínas como los granos, frutos secos, semillas, etc.
Muchos estudios recientes han demostrado que las personas más longevas tienden a no comer o comer menos proteínas de origen animal. Las carnes rojas son prácticamente eliminadas de su dieta regular. Esto les ayuda a prevenir enfermedades cardiacas, degenerativas, diabetes, entre otras. Por lo que logran vivir durante mucho más tiempo que el promedio y de una manera mucho más sana.